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El amor II: ¿Qué señales indican que el amor es sano?

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Como vimos, el amor sano es la emoción de la entrega y de la pertenencia, de la apertura, del abrazar al otro y permitir ser abrazados. Sin embargo, nuestra sociedad y nuestra cultura han ido distorsionando en nosotros esa emoción. Además, la influencia de la crianza, nuestras propias vivencias o las creencias arrastradas se suman a esa distorsión.

Pero, el amor no solo tiene una serie de funciones como vimos anteriormente, sino que también tiene un motor y una dirección. El amor se impulsa desde un punto y se proyecta hacia otro.

¿Cuál es el verdadero motor del amor como emoción? Y, además, ¿qué ocurre cuando el amor se distorsiona y deforma? Todo ello nos ayudará a entender más esta emoción y, sobre todo, cómo se manifiesta en nosotros.

Los anhelos como motor del amor

Los anhelos aparecen en la emoción del amor como una serie de mandatos y mensajes que están grabados y que condicionan nuestros pensamientos y acciones. Esos anhelos pueden ser positivos, constructivos, responsables y libres. Pero, por lo general, acumulamos muchos mandatos negativos que condicionan nuestros anhelos sobre el amor.

¿Qué anhelos son motores positivos y constructivos del amor? El anhelo de la armonía, de la claridad, de la justicia, del ser uno mismo, de expresarse, entregarse, elevarse, centrarse y transcender. Pero ¿cuántas veces estamos motivados por es? Todos ellos favorecen la vida, la unión y la entrega. Los demás, son miedos, pulsiones y ansiedades.

La función original del amor es la de proteger todo aquello que favorece la vida, ayudándola a expandirse. Todo lo que trabe, anule, bloquee, nos estará hablando de un amor que no es sano.

¿Qué señales indican cómo es de sano el amor en nosotros?

En todos nosotros podemos ver una serie de señales palpables de si el amor está bien conectado o no, de si es sano o si está distorsionado. Todo ello nos indicará cómo funciona la emoción del amor en nosotros y si, tal vez, tengamos que trabajar varios aspectos para su recuperación.

¿Qué manifiesta un amor sano?

El amor sano hace que la persona sea cálida, amorosa, solidaria, fraternal, bondadosa, accesible, cordial, alentadora y generosa.

La persona que tiene el amor sano, además, sabe evaluar cuándo algo es agradable en el aquí y en el ahora, sin apegarse, sin quedarse anclado o sin permanecer en antiguos compromisos. Sabemos soltar cuando el momento ya terminó.

¿Qué manifiesta un amor que no es sano?

El amor que no es sano hace que la persona se rija por la desconfianza, el narcisismo, la timidez, el rechazo, el uso de los demás o la necesidad de seguir anclada a lo muerto o perdido.

Las pulsiones, los vacíos, las necesidades tóxicas nos hablan de la existencia de un amor insano en nosotros mismos. Toda conducta de riesgo, todo aquello que dañe o haga peligrar nuestra vida es síntoma de un amor propio distorsionado. Y esto también se evidencia cuando esas conductas son llevadas a cabo hacia los demás.

El apego, el no soltar, el no saber reconocer que no hay algo deseable en las relaciones obedece a un amor que no está sano y que solo está dañando a todas las partes. Nos quedamos pagando una hipoteca sobre un amor que ya no está, sobre una persona que ya se fue. Ese amor tampoco se lo daremos actualmente a las personas que sí lo merecen.

Ese amor que no es sano puede fallar por exceso o por defecto. ¿Cómo se manifiesta cada caso?

El amor por exceso: Nos volvemos paternalistas y salvadores. Queremos en todo momento salvar al que consideramos más débil, llegando a anularle aún más. Desde aquí no ayudamos realmente, no guiamos ni asesoramos, sino que damos limosnas que hacen que su amor propio caiga un poco más. Ese paternalismo, además, permitirá que otros sigan abusando de ese débil, porque no le damos herramientas útiles de ayuda. Y al volverse salvador, lo anula, se cree por encima del otro, capaz de sortear lo que el débil no puede, aniquilando su orgullo y queriendo alzarse. De esta forma, ni se ayuda ni se valora, solo se oprime desde el paternalismo y desde la creencia de que estamos por encima.

El amor por defecto: En este caso, la falta de conexión sana con el amor hace que la persona se vuelva cínica, avasalladora y con la capacidad de romper a través de la entrega que recibe. Se basa en la falsa creencia de que el mundo es una jungla cruel donde siempre gana el que sea más listo y menos escrúpulos tenga; así, yo tengo que ser el más fuerte y ganar sobre ti.

El amor varía y oscila

Como decíamos anteriormente, el amor obedece al momento. De esta forma, hay momentos donde el amor existe, donde sus funciones se activan, y otros momentos donde no es así. Por tanto, el amor ni es incondicional ni eterno, es evaluado y actualizado constantemente.

Como el amor se actualiza, si todos cambiamos, el amor que nos une también debe cambiar. Nuestras uniones varían, a veces fortaleciéndose y otras deshaciéndose. Por eso, no siempre nos debemos quedar dando amor en momentos donde las razones han desaparecido, y esas razones oscilan lentas o rápidas, dependiendo del momento. El amor se rige por el momento, de forma real y viva.

Si quieres saber más sobre el amor, te pueden interesar las siguientes lecturas complementarias:

Esta lectura te ayudará a entender mejor la emoción: El amor I – ¿Qué funciones tiene la emoción del amor?

También puedes leer esta lectura: El amor III – ¿Qué ocurre cuando el amor se distorsiona?