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Problemas de sueño y bienestar emocional: ¿Qué nos quita el sueño?

Que nada te quite el sueño de Ángeles Bonmatí de psicólogos online Madrid y Terapia EMDR.

Los problemas de sueño tienen un impacto significativo en la salud mental y el bienestar emocional. El aumento de los trastornos del sueño en la sociedad moderna está relacionado con el ritmo acelerado de vida, el estrés crónico y los avances tecnológicos. La falta de sueño y los trastornos del sueño pueden contribuir al desarrollo de problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. Por lo tanto, es fundamental priorizar el sueño y el descanso adecuados para promover una buena salud mental y emocional en nuestra vida diaria. Pero, además, hay uh libro que nos acerca a conocer la importancia de dormir bien para nuestra salud física y emocional: “Que nada te quite el sueño”, de M. Ángeles Bonmatí.

El aumento de los problemas de sueño en la sociedad

El sueño es una parte fundamental de nuestra vida y desempeña un papel crucial en nuestra salud y bienestar general. Sin embargo, en la sociedad moderna, cada vez más personas están experimentando problemas de sueño que afectan negativamente su calidad de vida y su salud mental. El ritmo acelerado de la vida, el estrés crónico y los avances tecnológicos son solo algunos de los factores que contribuyen al aumento de los trastornos del sueño.

El estilo de vida actual está lleno de demandas y responsabilidades que pueden generar altos niveles de estrés. Las preocupaciones laborales, financieras y personales pueden mantener a las personas despiertas durante la noche, incapaces de desconectar mentalmente y descansar adecuadamente. Además, la tecnología ha introducido nuevas formas de distracción y estimulación, como los dispositivos electrónicos y las redes sociales, que pueden interferir con los patrones normales de sueño.

La falta de sueño y los trastornos del sueño tienen un impacto significativo en la salud física y mental. Las personas que sufren de privación crónica de sueño pueden experimentar dificultades cognitivas, disminución del rendimiento laboral y académico. Además, tienen un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. Además, la falta de sueño está estrechamente relacionada con problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión.

Salud mental, sueño y descanso

La relación entre la salud mental y el sueño es bidireccional. Por un lado, las dificultades emocionales, como la ansiedad y la depresión, pueden desencadenar problemas de sueño. Las personas que experimentan altos niveles de estrés y preocupación a menudo tienen dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo durante la noche. La rumiación y los pensamientos negativos pueden interferir con la capacidad de relajarse y descansar adecuadamente.

Por otro lado, la privación crónica de sueño puede contribuir al desarrollo de trastornos de salud mental. La falta de sueño afecta negativamente el equilibrio químico del cerebro, lo que puede desencadenar cambios en el estado de ánimo y aumentar la vulnerabilidad a la ansiedad y la depresión. Además, la falta de sueño dificulta la regulación emocional, lo que puede hacer que las personas sean más propensas a experimentar emociones negativas y tener dificultades para lidiar con el estrés diario.

El descanso adecuado y el sueño reparador son fundamentales para el bienestar emocional. Durante el sueño, el cerebro procesa y consolida las experiencias emocionales del día anterior, lo que ayuda a regular las emociones y promueve la resiliencia emocional. Además, el sueño adecuado mejora la capacidad de concentración y toma de decisiones, lo que a su vez puede reducir los niveles de estrés y ansiedad.

La importancia del sueño y el descanso

El sueño y el descanso adecuados desempeñan un papel crucial en nuestra salud y bienestar general. Durante el sueño, el cuerpo lleva a cabo procesos de reparación y regeneración celular, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a mantener un equilibrio hormonal saludable. Además, el sueño tiene un impacto significativo en la memoria y el aprendizaje. Durante el descanso el cerebro consolida la información y los recuerdos.

Para mejorar la calidad del sueño y promover el descanso adecuado, es importante adoptar hábitos saludables de sueño. Estos incluyen establecer una rutina regular de sueño, mantener un ambiente propicio para el descanso, limitar la exposición a dispositivos electrónicos antes de acostarse y evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol. Además, es esencial gestionar el estrés y las preocupaciones emocionales de manera efectiva, ya que pueden interferir con la capacidad de relajarse y conciliar el sueño.

Los profesionales de la salud mental desempeñan un papel importante en la identificación y tratamiento de los problemas de sueño. Los enfoques terapéuticos, como la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) o la Terapia EMDR, han demostrado ser eficaces para abordar los trastornos del sueño al abordar los pensamientos y comportamientos que contribuyen a la dificultad para dormir. Además, la terapia de relajación y el manejo del estrés pueden ser herramientas efectivas para promover un sueño saludable.

“Que nada te quite el sueño”, de M. Ángeles Bonmatí

En el libro “Que nada te quite el sueño”, de M. Ángeles Bonmatí, podemos no solo descubrir cómo aparece representado el sueño en el mundo del arte, sino cómo duermen otros animales. Además habla de las curiosidades de su propio sueño. Aunque esta es solo una parte del libro, nos sirve como premisa para poder relacionar el sueño con nosotros. Vemos, también, la importancia para nuestra salud emociona y física y para entender qué problemáticas nos genera un mal sueño. Además, hay una parte importante y es el debate de cuánto debemos dormir para descansar realmente.

¿Para qué dormimos? ¿Cómo duermen los astronautas? ¿Qué puedo hacer para dormir mejor? Son algunas de las cuestiones que plantea y responde la autora en “Que nada te quite el sueño”. Nos ayuda a acercarnos a un aspecto de nuestra vida que no siempre tiene la importancia que merece. Y es que un tercio de nuestra vida está representado por el sueño y el descanso. Sin embargo, poco conocemos sobre ello y mucho menos la repercusión que tiene para los otros dos tercios de la vida.

Un extracto del libro “Que nada te quite el sueño”, de M. Ángeles Bonmatí

Este es un extracto del libro “Que nada te quite el sueño”, de M. Ángeles Bonmatí, de la Editorial Crítica:

«Todavía no hay un consenso claro entre los científicos sobre el porqué del sueño.»

«El sueño, contra todo pronóstico, es un proceso que se ha conservado a lo largo de la evolución, en algunos casos con adaptaciones de lo más variopintas para reducir el riesgo que supone quedarse “apagado” durante un período largo de tiempo. El hecho de que el sueño se haya protegido contra viento y marea durante millones de años nos indica que las ventajas que dormir aporta al organismo deben ser lo suficientemente importantes como para compensar ese claro inconveniente.»

«Otra hipótesis sobre por qué dormimos es la de la restauración de funciones. Dormir es un poco como hacer una parada en boxes para limpiar y reparar aquello que se haya podido estropear mientras hemos estado despiertos. Por ejemplo, la hormona del crecimiento, que no solo sirve para aumentar de tamaño cuando estamos creciendo sino también para reparar tejidos, se segrega fundamentalmente durante el sueño.»

«El sueño también se ha relacionado con la plasticidad neuronal y la consolidación de la memoria. Seguro que al lector le suena aquello de “lección dormida, lección aprendida” […]. Si nos vamos al examen directamente sin dormir, lo que en el argot estudiantil se conoce como “de empalme”, habremos desperdiciado uno de los grandes superpoderes del sueño: fijar lo aprendido. Eso sí: para que el sueño cumpla esta función, es muy importante dormir lo suficiente y no solo un rato corto.»

«Dormir lo suficiente es fundamental para mantener nuestras defensas en buen estado de revista. Ya lo decían nuestras abuelas… hay que dormir para no enfermar.»

«Dormir poco pone a nuestro cerebro en modo instintivo y reduce la racionalidad. E, instintivamente, nuestro cuerpo nos pide grasas para acumular energía en caso de hambruna. Además, al no dormir lo suficiente, aumentan los niveles de endocannabinoides (unas sustancias que hay en el cerebro de los mamíferos que regulan, entre otras, las sensaciones de apetito y de dolor), que, igual que los exocannabinoides (como la marihuana), nos hacen tener más ganas de comida basura.»